viernes, 6 de noviembre de 2009

Fría mañana en Santa Fé, y salgo del centro Damián Bayón tal y como entré, con ganas de empaparme de arte porque la exposición me sabe a poco o casi me parece insípida porque no logro entender que me quiere decir a través de sus obras.
Si me hubiese documentado antes, la hubiese disfrutado, pero nunca es tarde y ahora me he informado para sacarle jugo al asunto.

Sus realidades se expresan a través de pinturas, fotografías, dibujos, maquetas.
Lo que más me gustó fueron la serie de fotografías manipuladas, (más de lo está ya la sociedad de por sí) la serie "La Habana-Nueva York" y "La industria cultural", una gran crítica a nuestro sistema, a la industria económica y nuestra sociedad. Es un toque irónico y sutil que llega a parecer real pero que tiene una contradicción evidente.
La idea de la representación de las caravanas (en maqueta-juguete o en la obra pictórica) también me enamora, ya que es su propuesta para el problema que se plantea la ministra de obras públicas respecto al tema de la vivienda para los jóvenes. ¡Cuánta sorna!

Considero que no es un exposición realmente para el disfrute de nuestros ojos, pero sí lo es para el despertar de nuestra mente.
Arte para divertirse, arte para desahogarse, arte para expresarse, arte para la crítica social, una de las mejores caras del arte, hacernos despertar de nuestro letargo, un despertador más que suena.

Osakar llama a la sociedad para que abra sus ojos.


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