jueves, 20 de mayo de 2010










...Y fue entonces cuando sus noches se volvieron arduas.
Desde que su otro corazón ya no latía justo en el vértice opuesto de la cama,
vió como todas sus ilusiones se iban desangrando gota a gota hasta perecer.

Dicen que los hombres nunca lloran, pero quien se resiste a lo que supone ver
con la intensidad de “la última vez”, de esa despedida…

Deja que las lágrimas resbalen y vayan destejiendo el nudo que se creó en tu
garganta cuando ella se marchó. Deja que se viertan sobre tu cuerpo,
limpiando así las heridas. Déjalas correr, que es peor cuando se llora sin
lágrimas…
Poco a poco, cuando pase el tiempo verás como el Sol no ha dejado de salir ni
una sola mañana desde que ella se fue, como los pájaros no han dejado de
cantar, ni las hojas de bailar arremolinadas al compás del viento.
Quizá el miedo te haya obligado a soltar alguna que otra sonrisa forzada pero
poco más...
Así, el daño te valdrá para abrir los ojos y ver más allá del corazón que ha
hecho del tuyo un puzzle.
Y esas lágrimas negras, con el Sol, formarán el halo de luz del arcoiris.

Jess B.



Recorrido de una lágrima

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Copyright 2010 El imaginario de Jess.

Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.